HUMILDAD
Es la virtud por la cual se puede alcanzar el anonimato a partir de un proceso de dilución en la Vida e identificación con la totalidad. Se acompaña habitualmente con el servicio y se identifica con la ausencia de importancia personal. La humildad surge cuando se le sustrae al ego su protagonismo.
Es una bella cualidad, muy poco extendida en una sociedad que se orienta hacia la apariencia, lo superfluo, la vanidad y el “escaparatismo”. La humildad es modestia, sencillez, y muestra al ser humano sin afectación, apacible, libre de la soberbia y del egocentrismo. Surge del conocimiento de los propios defectos y del límite de las propias fuerzas, y no permite exagerar el mérito propio ni ensalzarse sobre los demás. No consiente despreciar a nadie e inclina a escuchar el consejo y el ejemplo de todos, incluso de los inferiores.
La humildad no tiene nada que ver con el andar en busca de aplausos, ni con saborear el humo de la lisonja. Ninguna persona que en verdad sea humilde piensa en términos de acercarse a la perfección ni en las ventajas que unas personas puedan llevar sobre otras en el andar del camino espiritual.
LA IMPORTANCIA DE LA HUMILDAD EN LA SOCIEDAD
Aquellos que no practican la humildad poseen un sentido excesivo de su propia importancia, ya sea en un empleo, en una relación, o en la sociedad. Sin humildad te vuelves orgulloso. El orgullo lleva a la envidia o a los celos debido a la creencia de que los otros no deben tener más que tú. La falta de humildad muestra una falta de respeto hacia las personas con las que convives y esto afecta las relaciones que posees.
Pretensión
Basándose en las enseñanzas judías, la gente humilde está libre de envidia y esto reduce su ansiedad, descontento e infelicidad. En el libro "Código de ética judía" (“A Code of Jewish Ethics”), Joseph Telushkin escribe: "Debido a que las personas humildes no consideran que son superiores a los otros, o que merece más que ellos, son menos propensas a poseer una actitud pretenciosa". Explica también que la pretensión lleva a la envidia y la falta de satisfacción en la vida, puesto que no posees lo mismo que otros.
Decisiones
Practicar la humildad lleva a tomar mejores decisiones. Aquellos que están llenos de orgullo suelen ignorar los consejos e ideas de los demás. En el libro "Espiritualidad para Dummies" (“Spirituality for Dummies"), Sharon Janis escribe, " Al poseer humildad, tienes la mentalidad para considerar todas la ideas que se cruzan en tu camino, ya que tu guía proviene del interior, de un estadio sagrado de sumisión, fe, y aceptación propia". La humildad se lleva la necesidad de atenerse, de comparar nuestra opinión con la de otros o de eclipsarlos con nuestras ideas, lo cual puede llevarnos a perder una oportunidad.
Espiritual
Muchas religiones consideran la humildad como centro de sus enseñanzas. Por ejemplo, el cristianismo y el judaísmo requieren que sus seguidores encarnan la humildad para completar su viaje espiritual. En el libro "Terapia sagrada" (“Sacred Therapy”), Estelle Frankel escribe: "Por otro lado, no se puede estar completo a menos que sepamos como rendirnos ante nosotros mismos, de esta forma quizás experimentemos unidad con todas las cosas". La humildad te abre las puertas de la autopercepción, y te ayuda a recibir los dones del ser espiritual en el que crees; además te ayuda a volverte uno con el medio ambiente si sigues algunas de las religiones orientales.
Crecimiento
La humildad te ayuda a identificar tus limitaciones. Al hacer esto puedes realizar cambios y crecer como persona. En el libro "Inclinarse ante la vida" (“Bow to Life”), Joseph Cardillo explica: "Si absorbes el conocimiento fácilmente, creces más rápido, y el éxito llega más pronto". Evitas herir a la gente con tu ego; ésto hace que mejoren tus relaciones y amistades. Las relaciones nuevas y saludables pueden convertirse en oportunidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario